El pasado 22 de agosto Abadal inició la vendimia con la cosecha del chardonnay. Ha sido un año marcado por la sequía extrema acumulada en los dos años anteriores. Las lluvias caídas en mayo y junio permitieron que las plantas recuperaran vegetación y se rehicieran del estrés acusado del inicio de brotación. Asimismo, ha sido un año de calor marcado; no de oleadas de calor continuado pero sí de temperaturas por encima de la media hasta finales de vendimia. Las bajas temperaturas de la última semana de agosto permitieron frenar el acelerón de los inicios, y pese a una pequeña bajada en el volumen y la uva de grano pequeño, ha sido una cosecha muy sana y con una calidad excelente. La vendimia terminó el 5 de octubre con la entrada de la cabernet sauvignon y una parte del mandó más tardío.
A nivel de territorio la vendimia en Pla de Bages se avanzó de forma generalizada debido a las altas temperaturas. Pero a pesar de la sequía de todo el año, los resultados de la vendimia han sido similares a los de la cosecha anterior gracias a que no ha habido ningún pedrisco y que los destrozos por parte de la fauna salvaje han sido menores que el año pasado.