Abadal presenta en sociedad la nueva imagen de sus vinos. Con este cambio en su presentación, Abadal da impulso a la marca recuperando y dando protagonismo al emblema que la representó en sus orígenes: la golondrina.

Hoy, las golondrinas vuelven al nido. La golondrina fue el símbolo de los primeros vinos que elaboró ​​la bodega Abadal en 1999. Se eligió este elemento porque las golondrinas estaban, año tras año, en las bodegas y galerías de la Masía familiar, donde hacían sus nidos, expresando así fidelidad y compromiso.

Con el nuevo diseño el objetivo ha sido mantener los rasgos identificativos de la marca: identidad, territorio y compromiso con los orígenes. Unos valores que representan a la perfección las golondrinas, por lo que se les ha dotado de más protagonismo. Son golondrinas que vuelan, que avanzan, que se divierten y no están quietas. Su aleteo rápido y elegante nos invita al dinamismo. Su ir y venir de cada año nos hace mirar el futuro.

 A Abadal le gusta el movimiento: impregnarse de la historia y mirar hacia el futuro, innovar e ir adelante. Como a las golondrinas, les gusta volar, soñar y hacerlo desde el Bages, una tierra que les apasiona, una tierra donde están sus orígenes y su futuro.

En una primera fase, se ha implementado en el Abadal Rosado, Abadal Blanco y Abadal Picapoll y próximamente en el Abadal Cabernet Franc Tempranillo